Lleva los 40 g de gelatina, 150 g de azúcar, 100 ml de agua y 2 cucharadas de gelatina sin sabor a una cacerola pequeña.

Cocina a fuego medio mientras revuelves constantemente hasta que todos los ingredientes se disuelvan y la mezcla comience a hervir.

Cuando la mezcla esté bien integrada y comience a volverse más viscosa y elástica, retírala del fuego. 

La textura debe ser lo suficientemente espesa para que se mantenga en forma al verterla en los moldes.

Vierte la preparación en moldes de silicona ligeramente aceitados para que no se peguen.

Lleva las gomitas a la nevera por al menos 6 horas hasta que estén completamente firmes y listas para disfrutar.

Si te atreves a subir el nivel ácido, pasa las gomitas desmoldadas por una mezcla de 40 g de azúcar, 10 g de ácido cítrico y 1 cucharadita de almidón de maíz.

Saborea la Fruta Milagrosa justo antes de probar las gomitas, ¡y prepárate para una experiencia completamente electrizante!